{"id":1141,"date":"2024-05-27T11:00:33","date_gmt":"2024-05-27T17:00:33","guid":{"rendered":"https:\/\/fundacionmarisa.mx\/?p=1141"},"modified":"2024-06-07T12:39:09","modified_gmt":"2024-06-07T18:39:09","slug":"sueno-con-que-la-cancha-sea-un-espacio-seguro-para-todas","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/fundacionmarisa.mx\/sueno-con-que-la-cancha-sea-un-espacio-seguro-para-todas\/","title":{"rendered":"\u201cSue\u00f1o con que la cancha sea un espacio seguro para todas\u201d"},"content":{"rendered":"\n<figure class=\"wp-block-image aligncenter size-large is-resized\"><img fetchpriority=\"high\" decoding=\"async\" width=\"1024\" height=\"1024\" src=\"https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara--1024x1024.png\" alt=\"\" class=\"wp-image-1142\" style=\"width:570px;height:auto\" srcset=\"https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara--1024x1024.png 1024w, https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara--300x300.png 300w, https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara--150x150.png 150w, https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara--768x768.png 768w, https:\/\/fundacionmarisa.mx\/wp-content\/uploads\/2024\/05\/41.-Riley-Naiara-.png 1400w\" sizes=\"(max-width: 1024px) 100vw, 1024px\" \/><\/figure>\n\n\n\n<p class=\"has-text-align-right\"><em>Riley Naiara Sainz, futbolista trans.<\/em><\/p>\n\n\n\n<p class=\"has-text-align-right\"><em>Por Mariana Mora<\/em><\/p>\n\n\n\n<p class=\"has-text-align-right\"><em>Ilustraci\u00f3n por:  Diana Vega | @<\/em>diana.mandarina<\/p>\n\n\n\n<p><\/p>\n\n\n\n<p><\/p>\n\n\n\n<p>Cuando habla del f\u00fatbol, a Riley Naiara Sainz se le encienden los ojos. Menciona una y otra vez el disfrute como una de sus motivaciones m\u00e1s grandes para jugar. Nunca le ha interesado dedicarse profesionalmente, pero juega f\u00fatbol cinco o seis d\u00edas a la semana con distintos equipos en diferentes ligas. Este deporte es central en su vida, es el desfogue y la expresi\u00f3n a la vez. Para ella, el f\u00fatbol es la posibilidad de \u201chacer magia\u201d.<\/p>\n\n\n\n<p>Riley es una mujer trans. Naci\u00f3 en La Paz, Baja California Sur, hace 33 a\u00f1os y vive en Zapopan, Jalisco, hace ocho.&nbsp; Estudi\u00f3 ingenier\u00eda en sistemas computacionales y un posgrado en dise\u00f1o de experiencia del usuario. Actualmente trabaja como dise\u00f1adora de productos en una empresa de tecnolog\u00eda y tiene una pulsi\u00f3n creativa que encuentra salida en la escritura, el dibujo y el f\u00fatbol.&nbsp;<\/p>\n\n\n\n<p>Comenz\u00f3 a jugar a los ocho a\u00f1os y no tard\u00f3 mucho en fascinarse, pero cuando vio videos de Ronaldinho \u2013el hist\u00f3rico jugador brasile\u00f1o-, supo que esa forma \u00e1gil e inventiva de jugar era lo que ella quer\u00eda hacer.&nbsp;<\/p>\n\n\n\n<p>A partir de entonces, el f\u00fatbol se volvi\u00f3 un pilar para ella. Ah\u00ed encontr\u00f3 sosiego para la depresi\u00f3n o la ansiedad y una forma de expresi\u00f3n a trav\u00e9s del ritmo y los trucos que se pueden hacer con el bal\u00f3n. \u201cEs como una danza\u201d, explica Riley, \u201cuna forma de arte que se expresa con los pies\u201d. Tambi\u00e9n lo piensa como una fiesta porque el baile es compartido y esa es una de sus partes favoritas.&nbsp;<\/p>\n\n\n\n<p>Pero no todo ha sido disfrute. Riley se ha enfrentado a discriminaci\u00f3n por ser una mujer trans. Algunas contrincantes la reportaron y el encargado de la liga le pidi\u00f3 que presentara una constancia de haber tenido una cirug\u00eda. Esta exigencia es discriminatoria, ya que, como lo establece <a href=\"https:\/\/congresoweb.congresojal.gob.mx\/infolej\/agendakioskos\/documentos\/sistemaintegral\/estados\/89722.pdf\">el decreto que public\u00f3 el gobierno de Jalisco en 2020 para reformar el reglamento del Registro Civil<\/a>, \u201cen ning\u00fan caso ser\u00e1 requisito acreditar intervenci\u00f3n quir\u00fargica alguna, terapias u otro procedimiento para el reconocimiento de la identidad de g\u00e9nero\u201d.&nbsp;<\/p>\n\n\n\n<p>Por otro lado, la supuesta ventaja que algunas jugadoras cre\u00edan que Riley tendr\u00eda es falsa pues, <a href=\"https:\/\/volcanicas.com\/por-que-los-deportes-no-son-mixtos\/\">como se ha demostrado<\/a>, el rendimiento deportivo de las personas no depende de su sexo.&nbsp;<\/p>\n\n\n\n<p>Hay registros de mujeres cisg\u00e9nero con niveles altos de testosterona y <a href=\"https:\/\/www.bbc.com\/mundo\/noticias-61890356\">se ha comprobado<\/a> que las terapias hormonales merman el rendimiento de las atletas trans. Riley reconoce c\u00f3mo se ha reducido su fuerza y velocidad, pero su fortaleza siempre ha sido la agilidad para hacer fintas y dar pases. Hacer jugadas que ella llama \u201cde lujo\u201d.<\/p>\n\n\n\n<p>Tras estos reportes, Riley sinti\u00f3 temor de ser agredida en la cancha, pero tambi\u00e9n encontr\u00f3 solidaridad en sus compa\u00f1eras. Con el apoyo de su equipo, puso una denuncia ante la <a href=\"https:\/\/twitter.com\/anadelgbt\">Asociaci\u00f3n Nacional de Deporte LGBTQ+<\/a> que determin\u00f3 que se imparten talleres de sensibilizaci\u00f3n en todas las ligas. Para ella es importante que esto no les suceda a otras chicas y que \u201cla cancha sea un espacio seguro para todas\u201d.<\/p>\n\n\n\n<p>Poco despu\u00e9s, equipos enteros se disculparon con ella y dijeron respetarla como rival y quererla como compa\u00f1era. Incluso algunas la invitaron a participar en sus equipos. Riley no tuvo problema con perdonar y entender que la sociedad est\u00e1 atravesando un proceso de aprendizaje sobre las personas trans. Para ella sigue siendo primordial aquello que le fascina tanto del futbol: disfrutar y compartir.&nbsp;<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Riley Naiara Sainz, futbolista trans. Por Mariana Mora Ilustraci\u00f3n por: Diana Vega | @diana.mandarina Cuando habla del f\u00fatbol, a Riley Naiara Sainz se le encienden los ojos. Menciona una y otra vez el disfrute como una de sus motivaciones m\u00e1s grandes para jugar. 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