Ozomacuetzpallin y Ozomaquiahuitl, jugadoras de pelota
Por Dalia Souza
Ilustración por: Mónica Soria | @moo.soria
Ozomacuetzpallin (Elvira) y Ozomaquiahuitl (Andrea) decidieron convertirse en guardianas del Ullama y, con ello, en protectoras del latir del universo. Son jugadoras del Juego de Pelota Mesoamericano.
El juego de pelota o Ullama es un símbolo de hombría, sin embargo, narra Ozomacuetzpallin, un grupo de “morritas” en Veracruz y Yucatán decidieron hace seis años conformar los primeros equipos femeniles de este deporte en México. A ellas se sumaron otras más y ahora hay un equipo femenil de Ullama en diez estados del país: Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Tabasco, Sonora, Querétaro, Puebla, Sinaloa y Jalisco.
En Guadalajara, Ozomacuetzpallin -cuyo nombramiento deviene de las palabras náhuatl ozomatli que significa mono y cuetzpallin que se interpreta como lagartija- fue una de las primeras mujeres que comenzaron a jugar en 2018. Si bien, a ella le invitó uno de los jugadores del equipo varonil en el estado, dicen que la brecha ya había sido abierta para obtener un lugar en el juego de pelota gracias a sus compañeras.
“No juegues porque se te va a caer el útero” era lo que le decían a Ozoma cuando comenzó en el Ullama. Por lo que, asegura que ha tenido que romper con “esta idea” de que el cuerpo de la mujer está diseñado sólo para algunas cosas, “acá nos ha tocado demostrarles a las morras que puedes pegar más fuerte de lo que tú crees”.
Nombrarse a través del Tonalpohualli, horóscopo azteca, es otra de las actividades que realizan para complementar el juego, porque “si bien es un deporte o se ha visto de manera deportiva, nosotras también lo complementamos con filosofía, con estudios, danza e historia” dice Ozoma.
Y es que, explica junto a Ozomaquiahuitl -Ozomatli que significa mono y quiahuitl, lluvia-, más allá de un “deporte” o un “juego” es una forma de reivindicar y dignificar los saberes autóctonos de los pueblos en la búsqueda de que no sean comercializados, no se cosifiquen y se respeten a través de sus tradiciones. “No sólo son entrenamientos de los domingos o sólo un partido, se habla del resguardo de la memoria y de la cultura”.
“Si no lo hacemos nosotras en este caso quién lo va a hacer” afirma Ozomacuetzpallin, quien asegura que mientras “siga viva, tenga rodillas y caderas fuertes” seguirá jugando y manteniendo vivo el bote de la pelota, pues es parte de su herencia y su responsabilidad cultural. Bajo esta convicción, las integrantes del equipo Teotlakollin manifiestan que esto es importante porque el Ullama “se sigue viendo como algo no trascedente en comparación con otros deportes”.
El Ullama es considerado un deporte extremo, dada la exposición que tienen las y los jugadores.
La tradición que resguardan, como integrantes del Juego de Pelota Mesoamericana del Estado de Jalisco A.C., es la de la familia sinaloense Lizárraga Covarrubias, no hay aros, no hay taludes, es un campo de tierra marcada con cal.
La Tachtli, taste o cancha tiene un ancho de cuatro y hasta cinco metros por 60 de largo. El punto del juego es llevar la pelota, con el golpe preciso y la fuerza de la zona superior de la cresta iliaca, hasta el otro lado, para que cruce los 60 metros. Hay cinco jugadoras de cada lado y cada equipo tiene su propio veedor o veedora (quien se encarga de observar el juego y contabilizar puntos). El juego termina cuando se llega a los ocho puntos.
En el Ullama la pelota representa el sol y las y los jugadores son los planetas que giran a su alrededor para “mantener el universo en equilibrio dual de la vida y el sentido”.
Cada pelota, además de tener su propio nombre, está hecha con hule, tradicionalmente de árbol, y su realización es todo un proceso ceremonial que demora al menos cuatro días enteros; capa por capa hasta conformar una forma esférica que por dentro lleva semillas lo que la hace pesar de 2.400 hasta 3.500 kilogramos.
Yayahuki que significa La Obscura o aquello que ves cuando cierras los ojos, es la pelota que les acompaña al taste en el que juegan y entrenan Ozomaquiahuitl y Ozomacuetzpallin.
“Es algo muy impresionante ponerte enfrente de una pelota de dos kilos y medio que tienes que golpear con tu cadera en un ángulo y con tal precisión. No es fácil” señala Ozomaquiahuitl. Así “al reventar el hule”, como se dice coloquialmente en el Ullama, abren el camino para otras mujeres, jóvenes y niñas que decidan, como ellas, mantener vivo el latido del universo y con ello el resguardo de una tradición ancestral.