Aidee Chairez Hernández
28 años, entrenadora de béisbol y jugadora de sóftbol
Por Mariana Recamier
Ilustración por Alejandra Artiga | @loopartdesign
“Acuérdate que la pelota es como un bebé; no se puede caer”, le dice Aidee Chairez Hernández al niño al que le enseña a jugar sóftbol en la Unidad Deportiva Ricardo Flores Magón, en Zapopan.
El niño intenta atrapar la pelota con un guante que triplica el tamaño de su mano, pero falla. Va por ella y se prepara para lanzar. “Posición de estrellita”, le recuerda la joven que enseña a niñas y niños de 3 a 6 años el arte de anotar home runs.
Aidee es entrenadora en las categorías más jóvenes de la Liga de Béisbol Infantil y Juvenil Cuervos de Zapopan desde hace siete años y jugadora en el equipo de sóftbol Warriors.
A diferencia de las alumnas a las que ahora enseña, ella no bateaba cuando era niña. Sus inicios se remontan a sus 17 años, cuando la novia de su hermano la invitó a un equipo de sóftbol. Formó parte de distintos grupos hasta llegar al actual, donde ya tiene cuatro años, donde participa en torneos nacionales.
Su historia como profesora comenzó poco después de sus andanzas como sofbolista. Los más pequeños de Cuervos eran entrenados por sus padres y ella se sumó a la enseñanza cuando supo que eso otorgaría becas a sus sobrinos para que también aprendieran. Ellos desertaron y la liga le ofreció trabajo formal como entrenadora en las categorías más jóvenes.
“Es un reto muy grande enseñarles un deporte tan complejo, pero también es gratificante porque lo más importante, más allá de lo que les puedas enseñar en el deporte, es que se llevan muchas cosas de ti: disciplina, respeto, constancia”, explica la entrenadora.
A diferencia de otros instructores, Aidee utiliza un método lúdico, donde la disciplina es acorde a la edad. A veces canta o se echa maromas con sus alumnos, sin dejar de lado lo que deben aprender sobre béisbol. Estas formas de enseñar y el hecho de ser una mujer joven (ahora tiene 28 años) le trajeron críticas al principio.
“Los padres no tomaban con seriedad los métodos que yo utilizaba porque ellos vienen de la vieja escuela donde todo era batea hasta que te sangren las manos o a los niños debes castigarlos, entonces, llega alguien con otras ideas, mujer y joven y sí fue complicado que me respetaran”, comenta la profesora, pero aclara que ahora los padres confían más en ella porque su trabajo la respalda.
Aidee trabaja en las mañanas en el negocio de su familia y quiere terminar la licenciatura en pedagogía. Tiene muchos sueños, pero teme que no los pueda cumplir por su edad. Quiere representar a México en unos juegos olímpicos y ser becada por una universidad estadounidense como la de Michigan, en cuyo equipo juegan sus softbolistas favoritas.
Otro de sus sueños es entrenar a alguien que sea capaz de alcanzar todos sus objetivos, ser la guía que le ayude a convertirse en una o uno de los grandes. Por ahora, es un ejemplo para que otras mujeres y niñas se atrevan a batear y correr en el campo.
“Estén firmes en lo que quieren porque cuando quieres hacer algo no debería haber obstáculos suficientes, busquen las herramientas, siempre habrá alguien que las va a ayudar… sepan que sí pueden hacerlo y mucho mejor que muchos hombres”.